¡Qué lástima
de película última de Martin Scorsese, uno de los nombres más grandes del cine!
Su “El lobo de Wall Street” es una película decepcionante. El cineasta americano
de ascendencia italiana está envejeciendo mal a nivel creativo. Dice que es posible
que ésta sea su última realización. Que no lo sea, que se despida con otra película
que sea memorable, que deje buen sabor de boca, como son sus fantásticas primeras,
brutales y sinceras obras: “Malas calles”,
“Taxi driver”, “Uno de los nuestros” “Casino”… Que nos muestre la inmoralidad
de los orígenes de la sociedad de la prosperidad, la búsqueda de redención del
hombre violento.
“El lobo de
Wall Street” que narra la ascensión y caída de un salvaje bróker insaciable de
dinero, poder, drogas y sexo es toda una exageración, un desmadre. Una puesta
en escena desorbitada y desmadrada, unos diálogos chillones y embravecidos, una
interpretación histriónica y casi ridícula (¡se luce el guaperas de Leonardo di
Caprio!).
Toda la tendencia de cine de Scorsese hacia el exceso, muliplicada
hasta la saciedad.
La película es
una comedia negra, donde el humor ácido y la risa sarcástica se alejan del buen
gusto. El mundo de Wall Street, los negocios financieros, las relaciones de los
agentes de la Bolsa son retratados como si fueran la Mafia (¡un tema tan bien
visitado por Martin Scorsese!), donde
los brókeres son los gánsteres y las pistolas, los teléfonos.
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