lunes, 13 de julio de 2020

MIRAR HACIA ATRÁS CON IRA


Los acontecimientos ocurridos en Estados Unidos con la muerte de un negro a manos de un policía que han conmovido al mundo e incluso aquí en España el caso de nuestro rey Emérito Juan Carlos que ha irritado y escandalizado a media país, provocan en muchos una actitud de impotencia y rabia que mira hacia el pasado.

Parece como si recordar lo que ya ha sucedido en la historia
funcionase como un exorcismo y como si mirar hacia atrás con ira, se tornase en un consuelo que no lleva a ninguna parte

Quizá haya sido la forma de contar la historia pasada en donde los protagonistas tenían que ser héroes, y su consideración obligaba entonces a convertirlo en poseedores de grandes valores morales, ejemplos y testimonios que había que imitar.

Pero cuando se escarba en la “reluciente“ lámina dorada que recubre las estatuas de los grandes figuras de la historia, pronto se descubre que no es oro todo lo que reluce. Cuando se tumban o descabezan estatuas de los grandes próceres de la nación en el fondo, no se protesta contra lo que han sido, sino con lo que representan. Y esto ocurre porque a muchos de estos personajes relumbrantes de la historia se nos han presentado siempre como modelos morales a imitar.
Y cuando ese “buen ejemplo“ desaparece, y aparece la realidad humana, demasiado humana, de tantos personajes que han escrito los avatares de la historia,  la decepción y la rabia toman cuerpo en el vandalismo. Así que descabezar a Fray Junípero Serra o tumbar una estatua de Colón, aparte de ser un estropicio cultural y una falta de conocimiento, es un modo “salvaje“ de protestar contra el presente.

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