jueves, 30 de julio de 2020

PREMONICIÓN



Exactamente un mes antes de que se declarara el estado de emergencia y quedáramos confinados en nuestras casas conviviendo con la angustia y el miedo, yo escribí este poema "Un puñal de plata".

No sé si aquella noche o aquella mañana andaba deprimido o con algún miedo y no sé si barruntaba la calamidad que nos iba a caer encima, pero creo que expresaba lo que tantos de nosotros íbamos a sentir un mes después en nuestras vidas,  y que se resiste a salir de ellas y que todavía perdura en nuestra  alma.


UN PUÑAL DE PLATA

Hay un puñal de plata
colgado del frío cuerno de la luna. 

Lo veo aquí, en la roca de este desierto 
donde erguido estoy sobre la arena, 
yermo de olas en bravo mar de dunas, 
que bajo mis pies furiosas reptan.
Oscuro, infinito grito del mundo 
que horadar su corazón intenta 
y como una semilla arraigo busca
en la escondida urdimbre de la tierra.

¡Enraizará entre espinos y rocas, 
tornará amargo el fruto de la espera!

¿Qué hacer entonces: cobijarlo
bajo el techo del odio y de la guerra,
del dolor, del olvido y de la muerte?
Sólo una vía de escape, una senda: 
el hondo e inexpugnable refugio
donde, firme, el corazón reverdezca.

¿Habrá alguien que retire
ese siniestro puñal de plata
colgado del frío cuerno de la luna?
15/2/20





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